después de tanto y resulta tan poco

Mucha gente dice que escribir les ayuda a desahogarse, a dejar lo malo atrás y poder seguir adelante. Es como si se liberaran de su daño generado en muchos años. Siempre he sido de las que cuando están mal, hablan con una amiga para que les anime un poco y ya luego estar bien. Pero qué hay de esas veces, en las cuales no puedes ni con los consejos de esa amiga, que hay de las veces que te encierras en tu habitación y solo quieres dormir y esperar a que se pase ese dolor interior que no te deja respirar. Sanar ese nudo en la garganta que solo te propone como tregua un par de lágrimas, porque no sabes cómo aminorar la marcha de estas. Porque una vez que empiezas no paras, porque no sabes cómo detener ese impulso.

Muchas veces he soñado con tener un botón que me deje apagar mis sentimientos de una vez por todas, de dejar de sentir lo que siento y de poder vivir sin necesitar de nadie. Pero, volvamos a la realidad. Todos nos enamoramos, todos sufrimos por un amor no correspondido que luego será sustituido por algún amor que te haga bien… Sí, eso pasa en las películas. ¿Y en la vida real? ¿Siempre es así, siempre encontramos la persona adecuada? Esta mañana he visto una película, que se llama “La primera vez que nos vimos”, trata de un chico que lleva enamorado de su mejor amiga 3 años, gracias a sus viajes en el tiempo a través de un fotomatón intenta conquistarla de todas las maneras posibles. Eso, obviamente, resulta imposible, ya que el destino está escrito y ella siempre se encuentra con el hombre de su vida, con el chico que se va a casar. Con ello, se enamora de la mejor amiga de ella, que es a quien realmente necesita. Con esta historia de amor no vengo a deciros que la peli es una pastelada, ni os la vengo a recomendar. Os vengo a decir que sí, que la persona que nos quiera como a nadie nos estará esperando, pero hay que ir con los ojos bien abiertos, la persona que nos quiera puede estar sentada a nuestro lado y nosotros no darnos cuenta, o puede ser que te la encuentres en un bar a las 3 de la mañana despotricando contra algún ex, o incluso, encontrarte a esa persona en un viaje.


La felicidad depende de uno mismo, no de la persona con la que vayas a compartir tu vida. Por eso, debes ser tú y solo tú quien se mime a sí mismo, que se dé todos sus caprichos, y que haga de sí mismo una persona completa, independiente y feliz. Después de tanto, y resulta tan poco lo que hemos creado que parece inexistente. Dime, ¿qué es lo que tenemos? Llegaste como un huracán mientras intentaba olvidarme de un terremoto y ahora no paro de ir con pies de plomo por si toco algo y lo destrozo todo, activando una bomba que haga volar media ciudad.

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